El turismo sexual en Mombasa no solo es ilegal, sino que también es una práctica increíblemente peligrosa para los niños involucrados. Trace Kenya, una organización local que trabaja para rescatar a los niños del comercio sexual, se ha opuesto a la práctica al presentar una nueva iniciativa.
trabajadores sexuales infantiles
Las comunidades costeras de Kenia se han convertido en destinos populares para las prostitutas menores de edad. Un estudio de UNICEF muestra que hasta el 30 por ciento de las niñas de doce a dieciocho años en las ciudades turísticas de Kenia están involucradas en el comercio sexual. Si bien la mayoría de las víctimas son locales, algunas son traficadas desde otras áreas del país para la esclavitud sexual.
Los niños a menudo son atraídos al comercio por amigos, familiares o extraños que les ofrecen un trabajo como prostitutas. Los proxenetas, intermediarios y transportistas facilitan el comercio. Los hombres se acercan a la mayoría de las víctimas. También hay un número creciente de muchachas casadas, algunas de las cuales están siguiendo el atractivo de las grandes sumas de dinero.
Uno de los principales impulsores de la prostitución de menores en Kenia es la pobreza. Muchas familias luchan para llegar a fin de mes y, a menudo, se recluta a niños para trabajar en las calles o en los supermercados. La poligamia también deja vulnerables a las niñas y las mujeres. Estas son algunas de las razones por las que los grupos de derechos humanos están pidiendo medidas enérgicas contra la industria del sexo.
En muchas partes de la región costera, turismo sexual es un importante sector económico. El turismo representa el diez por ciento del producto interno bruto de Kenia, y la industria genera millones de puestos de trabajo. Esto, a su vez, ha llevado a un aumento en la demanda de sexo con mujeres más jóvenes. También ha hecho que sea más difícil para las autoridades procesar el comercio.
Como resultado, cada vez hay más informes sobre trabajadores sexuales infantiles en Mombasa. Según Trace Kenya, un grupo sin fines de lucro que trabaja con las Naciones Unidas, hay miles de trabajadores sexuales infantiles en el área. Pero el gobierno ha dudado en hacer algo con respecto al comercio sexual por temor a rechazar a los turistas. A pesar de esto, los turistas sexuales no se desaniman.
Turismo sexual es una industria en crecimiento, y es una que continúa atrayendo viajeros internacionales a la costa. Los hombres europeos representan la mitad de los clientes. Pagan unos cientos de dólares para tener sexo con una chica. Sin embargo, los hombres blancos que viajan desde países como Canadá y Estados Unidos pagan cinco veces esa cantidad por sexo.
Aunque la Unidad contra la Trata de Personas y Protección Infantil (AHTCPU) de DCI ha aumentado su personal, solo tiene un puñado de oficiales en la ciudad. La mayoría de los casos se resuelven mediante la complicidad dentro de la comunidad. La organización planea abrir una tercera oficina en Kisumu para combatir esto.
En los últimos siete años, Trace Kenya ha rescatado a 10,000 niños del comercio sexual. Además, la organización ha proporcionado un lugar seguro para que los niños rescatados se queden mientras se rehabilitan. Los activistas están pidiendo al gobierno que haga más para detener la industria del sexo. Algunos incluso han ido tan lejos como la adopción de niños necesitados para ayudarlos a tener un comienzo en la vida.
El problema del sexo infantil es complejo y difícil de resolver. Algunas jóvenes son empujadas al comercio por sus amigos y parientes, mientras que otras se ven obligadas a hacerlo por sindicatos criminales. Tanto el gobierno como los grupos de derechos humanos están trabajando para acabar con el comercio.
Leyes contra el turismo sexual
Turismo sexual es una industria próspera en la ciudad portuaria de Mombasa, la segunda ciudad más grande de Kenia. Hay un fuerte comercio sexual en el área, y varios extranjeros están involucrados. Se ha estimado que hasta 30,000 niñas entre las edades de 12 y 14 años están siendo atraídas a hoteles para la explotación sexual.
El gobierno ha respondido introduciendo leyes para proteger a los niños de la prostitución. Varios hoteles han impuesto políticas para restringir la entrada de menores de 18 años. Sin embargo, esto rara vez se aplica. Para entrar en un club, las adolescentes suelen pagar sobornos. Algunos incluso soportan actividades sexuales poco ortodoxas. Estas prácticas se encubren en gran medida con fines de imagen.
Si bien el gobierno cree que la ley ha hecho mucho para frenar el sexo en Mombasa, muchos jóvenes todavía participan en esta práctica. Según un informe de UNICEF, uno de cada 10 Keniano las trabajadoras sexuales comenzaron antes de la pubertad. Muchos tienen conocimientos sobre el VIH y el SIDA. Se les paga cinco veces más que a los trabajadores locales.
Algunos argumentan que los turistas no necesitan participar en tales actividades. De hecho, hay problemas de trata de personas en Kenia. Aun así, el mercado del sexo está creciendo. El turismo es una importante fuente de ingresos en el país, representando el 10% de su producto interno bruto.
Aunque el gobierno ha declarado ilegal promover o alentar turismo sexual, muchos turistas lo están haciendo de todos modos. Varios estados han promulgado leyes dirigidas a quienes promueven viajes sexuales. Quienes promueven el turismo sexual suelen ser agentes de viajes u otras personas.
También hay una serie de ONG que luchan turismo sexual en el pais, pero la gran mayoría de estas organizaciones se centran en la financiación potencial en lugar de ayudar a las víctimas. Como resultado, el problema se ha desproporcionado.
Una organización que tiene un impacto real en la batalla contra el turismo sexual es Respect, una ONG austriaca que es un socio clave en el Código de conducta internacional para la protección de los niños contra la explotación sexual en los viajes y el turismo. Este código, junto con la Unidad contra la trata de personas y la protección infantil en Mombasa, está trabajando para aumentar la denuncia de casos de delitos sexuales y otros delitos relacionados con los niños. Otro grupo, Trace Kenya, está trabajando para rescatar a niñas del comercio.
Se ha creado un grupo de trabajo especial para monitorear a los turistas que puedan estar incurriendo en explotación sexual e infantil. Además, el gobierno está enseñando a los operadores de burdeles locales sobre el turismo sexual y cómo tratar con los turistas.
A pesar de estos esfuerzos, el número de niños explotados por depredadores sexuales en la región costera va en aumento. Un investigador encontró que casi el 30% de las niñas de 12 a 18 años están involucradas en el trabajo sexual en las regiones costeras. Mientras tanto, un informe reciente muestra que el 35 por ciento de las niñas no usaron condones a pedido de sus clientes.
El trabajo de Trace Kenya para rescatar a las niñas del comercio sexual
Trace Kenya, una organización sin fines de lucro con sede en Nairobi, está haciendo su parte para rescatar a las niñas del comercio sexual. En los últimos dos años, la organización ha asistido al menos a 73 mujeres y niñas que han sido objeto de trata. Muchas de estas víctimas han sido desatendidas y forzadas a la servidumbre doméstica oa la prostitución. Algunas incluso son violadas. La organización está trabajando en asociación con las Naciones Unidas y otras organizaciones para combatir el tráfico sexual y proteger los derechos de sus víctimas.
El tráfico sexual es un problema global. En Kenia, los traficantes a menudo explotan a los niños del vecino Este Africano países, incluidos Uganda y Etiopía. Si bien el gobierno de Kenia ha tomado medidas encomiables para abordar el tráfico de niños, aún queda mucho trabajo por hacer. Se necesitan leyes fuertes, mejor aplicación y más protección para los jóvenes vulnerables.
Uno de los factores más importantes que contribuyen a la escalada del problema de la trata es la falta de conciencia al respecto entre Kenianos. Por ejemplo, muchas mujeres no son conscientes de que son víctimas y, por lo tanto, no buscan ayuda. Esto hace que sea más fácil para los perpetradores explotarlos. Los observadores han informado que el gobierno de Kenia no está haciendo lo suficiente para hacer cumplir las leyes internacionales de tráfico.
Durante los primeros seis meses del año, las autoridades de Kenia denunciaron varios casos de explotación sexual, incluido el arresto de dos mujeres y niñas nepalíes. Estas mujeres fueron encontradas en un club en Mombasa propiedad de un empresario local. Fueron fotografiados desnudos para una transmisión en vivo a los EE. UU. Otro caso involucró al ciudadano alemán Gregory Dow, quien se declaró culpable en un tribunal estadounidense por abusar sexualmente de niñas en Kenia.
Trace Kenya estima que hay al menos 30,000 trabajadores sexuales infantiles en Kenia, de los cuales más de la mitad son hombres europeos. La mayoría de ellos trabajan en el mismo edificio.
Según la investigación de la organización, los traficantes utilizan una variedad de medios para atraer a las víctimas potenciales, como las agencias de empleo. Estas agencias reclutan kenianos para trabajar en el Oriente Medio, Sudeste de Asia, Europa y América del Norte. Quienes son reclutados pueden serlo con fines de explotación sexual, pero no están protegidos por la ley. Además, los kenianos son explotados por sindicatos criminales que se confabulan con los funcionarios de inmigración y fronteras para transportar a las víctimas a Occidente.
Aunque ha habido algunos avances en la lucha contra la trata de personas en Kenia, el país aún no puede cumplir con los estándares establecidos por el Departamento de Estado de EE. UU. y otras ONG. Los traficantes tienen acceso a documentos de identidad fraudulentos proporcionados por funcionarios gubernamentales cómplices. Además, algunos perpetradores pueden eludir el enjuiciamiento pagando sobornos a los agentes de policía.
También se lanzó una nueva línea directa en Kenia para denunciar delitos de trata. Además, el gobierno de Kenia ha lanzado un programa de capacitación conjunto con el gobierno de Burundi y Tanzania para abordar casos de trabajo forzoso. El gobierno también ha aumentado su personal dedicado a las unidades policiales especializadas en la lucha contra la trata.